Día Internacional del Recuerdo de la Trata de Esclavos y de su Abolición

Colaboración: Rafael Santa Cruz

Mensaje del Director General, Koïchiro Matsuura, 23 de agosto de 2005.

La fecha elegida remite a los eventos de la noche del 22 al 23 de agosto de 1791, cuando prendió en Santo Domingo (hoy Haití y la República Dominicana) la chispa de la insurrección que iba a resultar determinante para la abolición de la trata de esclavos transatlántica y la emancipación de los pueblos de América Latina y el Caribe. 

En su Resolución 29 C/40, la Conferencia General de la UNESCO proclamó el 23 de agosto de cada año "Día Internacional del Recuerdo de la Trata de Esclavos y de su Abolición".

Este Día Internacional tiene por objeto grabar la trata de esclavos en la memoria de todos los pueblos. Conforme a los objetivos del proyecto intercultural "La ruta del esclavo", nos brinda la ocasión de reflexionar colectivamente no sólo sobre las causas históricas, tramas ocultas y formas de realización de esa tragedia sino también sobre sus duraderas consecuencias para Europa, el continente americano, el Caribe y el Océano Índico, cuando no para el mundo entero.

La trata, la esclavitud y su abolición pertenecen a la historia. Pero no pertenecen al pasado, pues nos sirven para entender un presente lamentablemente marcado por el racismo y las discriminaciones que son el legado de tan trágicos episodios. Además, plantean interrogantes de cara al futuro e invitan a reflexionar sobre la construcción de nuevas formas de ciudadanía respetuosas para con sociedades como las nuestras, que son cada vez más multiétnicas y pluriculturales. Por último también dejan patente que, pese a la persistencia de los estereotipos más radicales y a la ejecución de políticas discriminatorias de inaudita brutalidad, se ha dado un paso inesperado hacia la comunicación intercultural y se ha brindado así una nueva oportunidad al diálogo.

Este año, la conmemoración del 23 de agosto reviste un carácter singular porque viene precedida de las importantes manifestaciones del año 2004, que la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó Año Internacional de Conmemoración de la Lucha contra la Esclavitud y de su Abolición, suscitando con ello una fuerte movilización en muchos países y no pocas esperanzas. Este año coincide además con el décimo aniversario del proyecto "La ruta del esclavo", cuya evaluación puso de relieve el interés y las expectativas que despierta por doquier en el mundo.

La dinámica generada por el Año Internacional nos invita a redoblar esfuerzos para conseguir que la humanidad entera vea y sienta la trata de esclavos como una tragedia propia. La UNESCO tiene el deber de conservar la memoria histórica, pero no sólo eso: también tiene una obligación ética de vigilancia.

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